Acto de contrición: Prólogo


¡Muy buenaaaaaaaas!


Me siento tan emocionada ante la perspectiva de iniciar de nuevo  que mientras escribo esto no puedo dejar de sonreír como babosa. Ya le dediqué una entrada completa a todo el sentimiento que implica iniciar la historia de Acto de contrición, que volver a hacerlo sería como torturarlos y obligarlos releer toda la sarta de sandeces que una escribe ante la perspectiva de ser madre (literata xD) por segunda vez 

Como ya saben, la lista de reproducción aquí: como este capi es cortito porque siempre suelo iniciar así, de a pocos para ir introduciéndonos de la mejor manera a todo el universo que les propongo, la lista de reproducción también tiene muy pocas canciones ;)

 
POR CIERTO!! Quiero dedicar el inicio de la historia a dos personitas geniales que cumplen años igual que Bellota, en octubre: Carla Ynchaustegui y Kary Lopez (13 y 15 de octubre)- GRACIAS POR TODO SU APOYO, NENAS PRECIOSAAS!! Aún falta para sus cumples pero no quería desaprovechar la oportunidad ;) las quierooo!! :3

Vamo al capiii!! 

Acto de contrición - cita



*°*°*°*
La rebelión de los 500 caídos

La dualidad unificada, el arma letal, 
transformada en la Trinidad Perfecta 
al otorgársele materia para sellar su poderío

Había que controlarla, vigilarla y alejarla 
de todo aquel que quisiera utilizarla.  
Porque la creación y la destrucción, 
ambas unidas en manos equivocadas, 
solo sería sinónimo de caos absoluto.

El vigilante y el mentor

El admonitorio y el perdonador

Solo el más estricto y el más puro 
podrían impedir que terminase explotando por el lado equivocado.

Solo ellos podrían depurar la parte menos estimada

Solo ellos podrían suprimir la parte catastrófica
de su naturaleza “perfecta”
pero aun así indeseada


*°*°*°*


Prólogo

ALEN

 

Las luces de colores del establecimiento me mareaban al principio, pero ya han pasado como que cuatro horas y mis ojos se han acostumbrado lo suficiente: los destellos violentos de las esferas brillantes y las cortadoras de cada esquina ya no me aturden.

Hemos bebido una cantidad regular, no voy a negarlo: Tarek es el principal culpable. Adora beber y más aún repetir incesantemente que todos debemos ingerir la misma cantidad de alcohol que él ingiere.

Aunque por lo visto a mí no me ha afectado tanto como...

   ¡ALEN, ESA ME GUSTA MUCHO! — gritó ella y se lanzó efusivamente a mis brazos.

   Alguien empieza a ponerse algo risueña — le dije al oído, por encima de toda la música estridente.

Me hizo un simpático mohín y giró al compás de la música: el movimiento de su cabello me deslumbró.

   ¡No puedo creer que estés bailando! ¡Loi me apostó que solo estarías de pie, junto a nosotros!

   La verdad es que yo tampoco me lo creo.

Me rodeó el cuello con los brazos y me regaló una de esas sonrisas por las que bien podría matar al mundo entero.

   No lo haces nada mal — comentó juguetonamente.

   Tú tampoco, Bellota — agregué con ganas de molestar. Elevó las cejas, irónica, y después volvió a reír llena de alegría.

Habíamos llegado aproximadamente a las once de la noche a este club nocturno, era sábado y Tarek y Loi habían insistido con lo de “cita doble”.

Empiezo a preguntarme en qué momento ese par desapareció.

La verdad es que la salida me está resultando bastante interesante. Salí en un par de ocasiones con Tarek, pero nunca me había divertido tanto como ahora. Aunque tal vez el hecho se deba precisamente  a que estoy con ella.

La música cambió drásticamente. Reconocí inmediatamente el tema porque era uno de los que tanto le gustaba. Soltó un grito aún más fuerte que el anterior, y después la gente alrededor lanzó chillidos ante la hermosa pero triste canción que iniciaba.

Como no era un tema para bailarlo precisamente saltando, me limité a rodear su cintura y a balancearnos al compás de la suave voz.

La gente empezó a corear la canción; ella también lo hizo, y para cuando me di cuenta yo también ya estaba cantándola a todo pulmón.

   ¡Ya te la sabes! — exclamó emocionada.

   ¿Qué me has hecho, Bellota? — le pregunté atrayéndola hacia mí. Rompió a reír y después pegó su mejilla a la mía con muchísimo cariño—. No, en serio, ¿qué has hecho conmigo? Nunca creí estar así, rodeado de tanta gente, algo ebrio ¡y coreando a toda voz una canción!

Y con una chica por la que podría morir de amor.

   Yo nunca creí que llegaría a estar contigo — me confesó al oído y su voz se tornó juguetona—: ¡Eras el vecino malhumorado que tuvo el descaro de decirme que “lo andaba siguiendo”! ¡Un completo niño engreído! — Solté una carcajada ante el recuerdo. Sus bonitos ojos me miraron —: Después te convertiste en el ángel que vivía lejos de su hogar; tan empeñado en recuperar su nombre…en volver a donde pertenecía.

La gente alrededor seguía bailando, la música seguía sonando, las luces destellando…

Pegó su frente a la mía: los ojos precios me hipnotizaron.

   Y ahora eres mi todo — concluyó.

No pude hacer nada contra la reacción de mi cuerpo: me incliné y la besé. Sus dedos se hundieron en mi cabello, los míos en su cintura. La canción llegó a la parte cumbre, más gritos, más euforia; la gente rozaba nuestros brazos pero en ese momento toda mi concentración estaba completamente enfocada en ella.

Profundicé el beso y a pesar de los sonidos estridentes del lugar, escuché el gemido que se escapó de sus labios y que me descontroló por completo.

   Sisa…

Mierda, ¿cómo se pelea contra esto: contra la necesidad de contacto? No puedo simplemente querer tocarla y besarla todo el tiempo. La mente domina al cuerpo y no al revés…

Aunque en este caso mi cuerpo y mi mente siempre comparten el mismo deseo: ella.

Rompí el beso antes de que se transformara en algo más sugerente, pero sus manos se aferraron a mis hombros:

   Vámonos — me pidió al oído—. Vámonos, Alen.

Me separé un poco solo para ver los ojos preciosos más brillantes que nunca: vámonos…a un lugar en donde podamos estar solos.

La tomé por la muñeca y cerré los ojos: nadie va a notarlo; la gente está perdida en sus propios mundos. Rogué para que la bendita capacidad para transportarme no me fallara en este momento, y porque Tarek y Loi se hubiesen ido a cualquier lado menos al departamento.

Entonces la música se apagó; las luces de colores fueron suplantadas por la penumbra de mi habitación. No se sentía ni una presencia alrededor: solo el soplido del viento que se colaba por las ventanas que dejé abiertas.

No hay nadie.

   Alen…

Bajé la mirada y me la encontré observándome fijamente. Nos quedamos un par de minutos así, viendo los ojos del otro, solo escuchando cómo poco a poco el respirar se hacía más y más áspero.

La contemplé casi ensimismado… ¿cómo puedo dejar de verte tan hermosa, Sisa Daquel?

Bueno, ya idearía un plan más tarde.

Me incliné y retorné a su boca. Me recibió ahogando un suspiro cuando mis manos la obligaron a arquearse para mí, y el aroma a flores invadió absolutamente todo.

Diría que hoy hay luna llena pero sería mentir: todos los días hay luna llena para mí.

Caímos sobre la cama de mi habitación, con sus dedos y los míos tirando casi desesperados de cualquier prenda que estuviera en el camino. Sentí la piel bajo la mía, las manos clavándose en mi espalda. Descendí despacio por las mejillas, el cuello y finalmente llegué a su pecho. Me recosté sobre él por unos segundos: boom-boom, boom-boom; podría quedarme la vida entera oyéndolo cantar.

   Alen — me llamó con la voz entrecortada. Elevé la mirada: la amo, la amo tanto que podría vivir solo contemplándola—. ¿Estás…? ¿Tú estás bien?

   ¿Por qué me preguntas eso? — solté sin comprender.

Se reincorporó para besarme y rodearme el cuello. Sus labios depositaron un delicado beso sobre mi mejilla; su cuerpo semidesnudo se refugió en el mío.

   ¿Qué sucede?

   A veces despierto y la luz está completamente apagada. — Traté de asimilar las palabras, y entonces un horrible nudo se formó en mi garganta. No… —. Escucho que me llamas, pero cuando despierto no veo a nadie.

   Sisa…

   No me odias, ¿verdad? — Cerré los ojos, lleno de impotencia: ya comprendo —. Te extraño, Alen. Te extraño muchísimo.

   Yo también— respondí. Tomé su rostro entre mis manos y la sonrisa triste me traspasó: ya casi se acaba. Voy a despertar—. Yo también te extraño.

   Dulces sueños —  dijo antes de darme un último beso —, amor.

...y después la figura de la chica del violín se desvaneció.

 

Cuídate, boba preciosa.

 

   ¡Ah!

Abrí los ojos con fuerza: me encontré con el cielo del color de sus ojos. Dolió más.

Genial, un sueño. Uno más en medio de ese millar que ya tengo de colección. Suelo verlos y después los guardo con cuidado en esa cajita que tengo para ellos, ordenados de acuerdo a los sentimientos que me evocan. Este, por ejemplo, se va a la zona de “la extraño tanto”, junto a la de “ojalá esté bien”.

Así es como vivo ahora: soñando. A veces medio despierto medio dormido, pero siempre entre visiones que la tienen de protagonista. Hethos tenía razón: soñar con ella me ayuda a mantenerme sereno; pero olvidó comentarme las consecuencias relacionadas al anhelo. Verla en todo momento me ayuda a no olvidar quién soy, pero también me lastima. Cada vez es más difícil asimilar que solo la veo cuando cierro los ojos, aun ya viviendo preso del sueño.

¿Cómo estará ella? Ojalá que bien. No sé cuánto tiempo ha pasado.

Suelto un suspiro que solo consigue que las gotas de lluvia se hagan enormes. Mi humor influye muchísimo en el clima de por aquí: Hethos va a enfadarse.

Y hablando de eso… Qué raro, no ha dicho nada.

   Hethos…Hethos, ¿estás ahí?

Aguardo pero no escucho su respuesta. Elevo la cabeza, estiro los miembros sobre la enorme nube en la que suelo reposar y el cuadro de allá al fondo me desconcierta por completo:

Mi preciado bosque de violines está quemándose violentamente.

   ¿Hethos? — exclamo. Emprendo el vuelo mientras trato de ubicarlo en medio de todo este mundo, mi mundo, pero no consigo verlo por ningún lado.

Planeo lo suficientemente bajo como para observar por sobre las copas de los árboles que aún no están siendo consumidas por el fuego, y entonces lo veo. Está ahí, en su forma original, pero no está solo.

¿Qué…?

La respiración se me dispara ante la imagen: Hethos luchando contra una serpiente enorme y un antílope que tiene cuchillas en vez de cuernos.

¿Andrax? ¿Somak? ¿Cómo es que han logrado entrar aquí?

   ¡Hethos!

   ¡No! ¡Vete! ¡Vete, Alen! — me grita en un rugido.

Intento acercarme pero una fuerte vibración se desata en todo el espacio.

   ¡HETHOS!

Agito las alas, pero me doy con la sorpresa de que han vuelto a convertirse en brazos.

¿Qué? ¡No!

Observo el cielo del color de los ojos preciosos hacerse cada vez más lejano. Elevo un brazo, tratando de aferrarme a él, pero la distancia se hace cada vez más larga. Estoy cayendo…cayendo…

Otra vez.

   ¡ALEN! — escucho y después mi espalda impacta con brusquedad contra la superficie: el dolor fue intenso.

Me pongo de pie con algo de dificultad solo para comprobar que este prado, mi prado lleno de flores hermosas, se ha convertido en un terreno infértil y seco.

A lo lejos veo la pelota amarilla inmensa que es uno de los recuerdos que me quedan de Naina. Rueda con velocidad hasta que de la nada…

¡BOOM!

…estalla con violencia.

¿Qué? ¡¿Qué está pasand…?!

   ¡CORRE! ¡CORRE! ¡OCÚLTATE! — me grita Hethos. Nuestras miradas se cruzan, trato de decirle que no voy a dejarlo, ¡que está en completa desventaja!

Pero él suelta un rugido y me envía lejos con una fuerte ráfaga de viento que invoca.

   ¡HETHOS!

Caigo de pie a unos cuantos metros lejos. El antílope eleva la cabeza, la serpiente también y casi puedo distinguir una sonrisa en sus rostros sobrenaturales al verme.

Han venido por mí.

   ¡CORRE!

Y emprendo la fuga.

Escucho el sonido de mi propia respiración mientras trato de seguir de largo: corre, corre; ¡no te pueden atrapar!. Mis alas no me responden así que solo me queda usar las piernas. Cruzo a través de los árboles que tienen las copas repletas de fuego, y en el camino veo mis violines quemarse sin piedad. Los relojes que también están plantados alrededor parecen no sufrir daño alguno; es más, se están haciendo cada vez más enormes.

Mi bosque de violines se está convirtiendo en un bosque repleto de relojes.

No, Marcus Leda…

Los rugidos de Hethos retumban en medio de todo. A lo lejos distingo la entrada a la caverna en la que él suele refugiarse cuando llueve demasiado. Estoy cerca, muy cerca... giro de reojo, y entonces veo a la enorme serpiente deslizándose para atraparme.

   ¡No!

Doy un salto antes de que capture mis piernas y me sostengo de la rama de uno de los pocos árboles aún de pie. Me balanceo, dispuesto a tomar impulso para lanzarme directamente a la cueva de en frente, pero…

   ¡Ajá! ¡Justo a quien buscábamos! — Elevo la mirada, y me encuentro con el monstruoso reptil observándome desde arriba.

¡BROM!

Mi cuerpo impacta contra el suelo: me atraparon por el cuello. El enorme incendio empieza a crear capas de humo.

   ¡N-no!— Trato de zafarme del agarre pero todo el cuerpo se me paraliza. Veo un par de ojos escarlata, cabello gris. Solo tiene un brazo pero es increíblemente fuerte porque me levanta del suelo como si no pesara absolutamente nada.

Es Andrax.

   Nos estás dando demasiados problemas, imbécil. — ¿Por qué…? ¡¿Por qué está aquí?!—. Nhyna va a estallar de la euforia si esto culmina de una vez. ¿Sabes que te tiene a su lado? ¿Que te contempla dormido? Ninguno de nosotros duda que preferiría tenerte despierto para juguetear un tanto contigo. — Me cuesta trabajo respirar por el agarre en torno a mi garganta y el humo que empieza a hacerse más espeso—: ¿Qué has hecho en esa demonio para tenerla tan loca? ¿Te la cogiste y la dejaste queriendo más, Aniel?

   N-no, mi…mi nombre… ¡mi nombre es Alen! — replico repitiéndomelo sin cesar: Alen Forgeso, Alen Forgeso.

Mi única arma son mis recuerdos… mis recuerdos como humano.

   Alen, Aniel, Napoleón, a mí me da lo mismo. ¡¿Sabes cuánto nos ha costado ingresar?! ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado en vano, ¡maldita sea!? ¡Tres jodidos años a la basura!

¿Tres años?

   ¡Suél…! ¡Suéltame!

Hethos grita por algún lado; lo veo acercarse pero el antílope se interpone y lo ataca.

Está tratando de ayudarme pero Somak le está dando muchos problemas.

   La idea de un vigía interior fue espectacular: ¡evidentemente obra de un Principado! ¡Pero basta ya! El jueguito se acabó, mi estimado.

Escucho los rugidos de Hethos en medio de su lucha. Trato de tomar algo de aire, pero Andrax cierra su mano en torno a mi garganta con más fuerza.

   Recuerda…recuerda, Aniel. — No…no soy Aniel. ¡No soy Aniel!—. ¡Vamos! ¡Recuerda a Albania Formerio! ¡Recuerda cómo te lastimó y júrate el asesinarla! ¡Amigo, no puedes dejarlo así! Es nuestra Madre e Hija, sí, pero qué perra fue, ¿o vas a decirme que no?

   ¡N-no! ¡Pa-para!

¡Yo ya no soy Aniel, y ella ya no es Albania!

 

» No me odias, ¿verdad?

 

Sisa, Sisa, solo Sisa. Alen…Alen…

   Recuerda y expía tus faltas, mi estimado.

¿Mis falt…?

¡PAM!

   ¡ALEN! — grita Hethos lejanamente, y después escucho algo semejante a un desgarramiento. Miembros separándose del cuerpo, un último rugido.

Huele a sangre; a muerte. No, Hethos…

   ¡RECUERDA, ANIEL! — Las inscripciones de mi cuerpo empiezan a quemar. Trato de deshacerme del agarre de Andrax pero sus dedos casi están clavados sobre mi piel—. ¡Vamos, recuerda! ¡Es lo único que falta para completar la liberación! — ¡No! ¡No!—. Y ya después Esquiz se encargará de la distorsión de todos los recuerdos con estas simpáticas inscripciones que tienes sobre ti.

Recuerdos alterados, locura, no conciencia...no…

   ¡Recuerda, maldita sea!

¿Recordar? ¿Qué debo recordar?

   ¡ALEN!

El aire no pasa, los rugidos de Hethos se hacen cada vez más débiles. Me hundo...y tampoco puedo respirar.

Escucho un soplido intenso y los dedos de Andrax me sueltan: es la presencia de Drol Qinaya, Drol Asirb. « Aniel, mantente firme. Mantente firme en tus recuerdos como humano. Es lo único que nos queda», me dice pero siento que me desvanezco.

Los ojos se me cierran lentamente, las capas de humo me adormecen; escucho mi propia voz hablándome desde algún lugar indefinible:

   Déjame recordar — exige estoico  —. Y expiar parte de mis faltas.

¿Recordar? Ella ya no es Albania..

   Déjame a mí decidir eso.

No voy a odiarla.

   Aquí empieza mi Acto de contrición.

Sisa…



*°*°*°*


Aprovecho para contestar la pregunta de “¿por qué Acto de contrición?”; bueno, la respuesta es muy simple: el Acto de contrición forma parte del Acto penitencial (sí, 11 años en un colegio religioso me han dado grandes conocimientos :3 ) que podría resumirse en la forma en la que uno expresa su arrepentimiento ante Dios y los presentes. Un dato muy curioso que encontré mientras buscaba info en internet, fue esta cita: “El acto de contrición no es un sentimiento de pena, de vergüenza o de angustia. Es una disposición de la inteligencia, no de la sensibilidad”.


Y sí, con eso el nombre de la segunda parte apareció. Alen no está pidiendo perdón movido por “sentimientos”, sino es más una expiación “racional”, y con racional me refiero a que la cabeza piensa de manera fría sin tomar en cuenta detalles: los errores son errores, y no hay nada bueno en ello. Así que veamos ahora qué tan “errores” fue su situación con Albania a la que definitivamente ya veremos desde la siguiente entrega




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Comentarios

  1. Feliz cumple Bellota!!! Gracias Suo!!! Alen y Sisa feliz y luego ....luego bam!!! Todo es una sueño!!! Si no hubiera estado en la universidad me hubiera ido a llorar a mi cama. Sisa no es Albania!!! Noooo Alen!!! Noooo. Soy Carla

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    1. Carlaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! :D ohhhh, miles de gracias por pasar por aquí. Eres el primer comentario en la primera entrega de Acto de contrición, en mi primera experiencia como blogera de novelas *-* , jajajaja, tienes un rinconcito especial por eso :D dentro de muuuy poco subo el primer capi y empezamos ya de ley con la historia!! :D presiento que va a gustarles muchoooo, van a conocer partes de Alen que no conocían: ver parte de él como Aniel es una de las cosas más interesantes de la historia (Albania también va a dar muchoo que hablar) * -*
      Miles de beccchiiiitoooooosss!! El 13 me cuentas qué tal estás pasando tu cumpleee!! <3
      Suuuu

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  2. I'll kill you... haaaa no se si amarte u odiarte canda vez que leo una de tus historias, pero lo que si se es que son geniales. Y si el prologo te quedo excelente. solo pido un favor no me dejes esperando mucho por cada cap o voy a tu casa y te golpeo personalmente hahaha. Un abrazo Cerdo

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  3. Chanchooooo, gracias por comentaaaaar y leer claro xD jajajaja tú ya me has visto toda emocionada hablando de la historia, así que ya sabes que voy a darlo todo para que sea perfectaaa *-*. Jajajaja el sábado nos vemoooss wiuuuu. Por cierto el primer capi ya esta así que pasa a leerlo tambien de una vez peeee. Jajajajaja gracias, chanchiiiss. Miles de besoooooosss

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  4. y a mí!!! Yo cumplo el 23 de Octubreeeeeeeeeeeeeeeeeeee :'(

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    1. Noooo, Gianiii!! Es que a usted la puedo saludar Face to Face ❤
      No dude de mi amorrsh por su usteeesd!!
      Este año si te lo dedico!!

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